Branding corporativo: qué es y cómo aplicarlo en tu empresa
¿Cuántas veces has escuchado la palabra branding en los últimos meses?
Seguro que cientos de veces.
Es un término que está muy de moda y un proceso que cada vez es más habitual en todo tipo de empresas.
A pesar de haberlo escuchado cientos de veces, seguro que todavía no te ha quedado muy claro qué es el branding corporativo para qué sirve.
Quizás también te gustaría conocer algunos ejemplos o cómo ponerlo en práctica para tu empresa, ¿verdad?
Entonces, este es el artículo que estabas esperando.
Te contaré qué es el branding corporativo, cómo puedes crear la estrategia de branding de tu propio negocio y varios ejemplos de éxito de grandes y pequeñas empresas.
Coge un bolígrafo y una libreta o abre el Word y empieza a apuntar, que este proceso puede cambiar la vida de tu negocio para siempre.
¿Qué es el branding corporativo?
El branding corporativo es el proceso de construcción de una marca reconocible, con personalidad y que se recuerda por unos conceptos o ideas muy claras.
Esto es el branding corporativo del que habla tanta gente, algo mucho más simple de lo que se piensa.
No hay más, es “simplemente” eso: crear una marca que todos reconozcan y asocien con algo.
El concepto es simple, pero el proceso está muy lejos de ser algo tan sencillo.
Para ver el poder del branding corporativo, os voy a decir que penséis en marcas que os recuerden a los siguientes conceptos:
- Innovación.
- Deportes de riesgo.
- Bebida refrescante.
- Películas de animación.
- Coche de lujo.
- Comida rápida.
- Ropa deportiva.
No penséis más de 2 segundos por cada concepto y escribid o recordad qué habéis pensado en cada una de ellas.
¿Listo?
Ahora dime si alguna de estas marcas ha aparecido en tu mente:
- Apple.
- Red Bull.
- Coca-Cola.
- Pixar o Disney.
- Ferrari, BMW o Mercedes.
- McDonalds o Burguer King.
- Nike.
Puede que no haya acertado en todas, pero estoy 100% seguro que de los 7 conceptos he acertado más de la mitad de los que has pensado.
Eso es branding corporativo. La capacidad de asociar y posicionar una marca como el Top of Mind de tu memoria.
La primera que aparece con un concepto y que se posiciona por encima del resto.
Se podría decir que el concepto de branding corporativo es el SEO de la memoria.
Si en el SEO te posicionas en Google, aquí buscas ocupar la primera posición en el buscador mental de un posible consumidor.
5 elementos claves para mejorar el branding corporativo
Ya sabes qué es el branding corporativo, pero… ¿qué puedes hacer para influir en tu público objetivo?
¿Cómo conseguir ser ese Top of Mind?
Utilizando los 5 elementos claves que te voy a contar a continuación.
1.- Naming
Un nombre adecuado facilita el recuerdo y el asociamiento a un determinado concepto.
De hecho, elegir un nombre poco adecuado o que después no vas a saber explotar puede suponer una barrera de dificultad añadida para tu negocio.
A veces puede ser más común y asociado a lo que vendes (PcComponentes) y otras veces puede ser más libre y personal (Apple).
Lo importante es saber qué quieres hacer con él después.
2.- Identidad visual
El logotipo, isotipo, pictograma, firma y todo lo que tenga que ver con la imagen gráfica de la empresa.
Hay marcas que solo con hacer un pequeño trazo ya se saben cuáles son y otras que nada más verlas nos hacen recordar un concepto determinado.
Por ejemplo si yo dibujo una manzana (lo haga bien o mal) te recordará a Apple, si dibujo un conejo puede que pienses en Playboy y si hago una M demasiado curva podrías pensar en McDonalds.
En este apartado se incluyen todo tipo de elementos gráficos, como las tarjetas, folletos publicitarios, carteles, diseño web, fotografías, uniformes, escaparates, etc.
3.- Identidad sonora o audiobranding
Si escuchas un ruido o sonido determinado y te recuerda a una marca, es que esa empresa ha hecho algo bien. Es algo que se subestima muy a menudo y que, sin embargo, tiene una potencia brutal para asociarse con la memoria.
2 buenos ejemplos de audiobranding serían Intel o EA Sports…
¿Conoces alguno más?
éjamelo en los comentarios para que podamos seguir aprendiendo del audiobranding.
4.- Tono de comunicación
La manera en la que tu empresa se comunica con el mundo define un punto muy importante del branding corporativo de tu empresa.
Elegir el correcto puede suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso.
El tono de comunicación debe ser uniforme.
Tu empresa debe hablar con su público de igual manera en Twitter, en Facebook, en un email, en un anuncio de televisión y en la atención al cliente del día a día.
También hay que saber qué tono escoger para dirigirse a padres, a adolescentes, a jóvenes y a personas mayores.
Un buen ejemplo es Mixta y su comunicación dirigida 100% a personas jóvenes de 18-30 años en tono de humor.
5.- Marketing de contenidos
El contenido que comparte una empresa define el recuerdo que se tiene de ella, sobre todo en Internet. Por ejemplo, si a ti te gustan los artículos que se publican en el blog de SEMrush, tenderás a posicionar la empresa como una experta en marketing digital.
Eso mejorará la imagen que tienes de SEMrush, aumentará tu confianza en ella y puede que te ayude a decidirte a contratar la herramienta.
Para que luego digan que escribir artículos no sirve para nada.
Estos 5 elementos no son los únicos que puedes utilizar, pero sí son los principales.
Si triunfas en cada uno de ellos, o simplemente en alguno, tu empresa se verá más que beneficiada.
¿Cómo comenzar a construir tu propio branding corporativo?
¿Te he convencido ya de que el branding corporativo es lo que tu empresa necesita?
Espero que sí.
Y como ahora tendrás ganas de comenzar a mejorarlo, ¿qué te parece si te digo cómo hacerlo desde cero?
1.- Define tu empresa
¿Cómo puedes intentar posicionarte en la mente de otros si ni siquiera tú sabes cómo posicionarte en la tuya?
Lo primero que hay que hacer es conocer la empresa y definirla de manera muy clara.
En este apartado entran los clásicos misión, visión y valores de la empresa.
Aun así, yo los resumiría todos en unas 2-3 líneas en las que se debe saber de qué trata exactamente tu empresa.
A partir de esa definición podrás encontrar después los elementos adecuados para tu empresa.
Si intentas construir por el tejado y empezar por un logo, no te irá muy bien.
Por ejemplo, yo estoy en proceso de crear una startup ahora mismo y ya tengo la definición muy clara:
“Agencia de copywriting dedicada a proporcionar contenido estratégico de calidad para facilitar la creación de textos para blogs y páginas webs”.
Simple y directo. ¿Hago SEO? No. ¿Gestiono cuentas de Adwords?
No.
Solo hacemos contenido y texto de calidad.
A partir de esa definición podrás sentar el resto de partes de la marca y comenzar con el branding corporativo.
2.- Conoce a tu público objetivo
Si no sabes a quien te diriges, estás muerto. Las empresas que lanzan mensajes vacíos y generales suelen conseguir resultados igual de vacíos. No seas una marca vacía.
Determinar el público objetivo de una empresa no es fácil y no consiste en poner una edad, un sexo y una localización.
Consiste en comprender a tu público como si fuera tu amigo de toda la vida.
Ponle nombre, conoce su situación personal y profesional, aprende de sus comportamientos, descubre sus objetivos y retos y cuáles son sus principales preocupaciones.
Un error en este apartado puede suponer un gasto inútil de dinero.
3.- Define tu propuesta de valor única
La USP (Unique Selling Proposition) es la clave para la diferenciación.
La clave para que no seas “el nuevo x”, sino una marca totalmente diferente y reconocible por sí misma.
¿Cuál es el valor principal que vas a aportar?
¿Por qué deberían contratar los servicios de tu empresa y no los de otra?
¿Qué es lo que hace verdaderamente diferente a tu empresa del resto?
Seguiré con el ejemplo de mi startup para que se entienda mejor.
La competencia ya genera contenido, pero yo detecté que la queja de la mayoría de clientes de esas otras empresas era que no podían contactar directamente con la persona que les escribía el texto.
Por lo tanto, yo decidí que la USP de mi startup sería el contacto directo. No se hablaría con empresas, se hablaría con personas.
Los demás crean contenido, pero ninguna te da la oportunidad de hablar con la persona que lo crea.
Es una USP muy simple, pero muy potente.
Y está basada en el punto 2, ya que si yo no conociera a este público, jamás hubiera llegado a esta conclusión.
¿Sabes tú como llegar a tu propuesta de valor única?
4.- Convierte los valores en algo real
Si tienes claro el concepto principal de tu empresa podrás extraer los valores de la misma.
Esos valores deben ser la diferencia entre tu empresa y la de cualquier otro.
Son la matería prima para el branding corporativo.
Es ahora cuando debes traducir lo que hayas conseguido determinar en los puntos anteriores en los 5 elementos claves que he explicado antes.
Eso sí, si todavía no lo tienes muy claro, vuelve atrás y empieza de nuevo.
Y de verdad, hazlo todo de manera profesional.
Un servicio o producto buenísimo puede destruirse con un logo cutre, un diseño anticuado, un blog descafeinado o un tono desacertado.
No eres Dios y no vas a saber hacerlo todo.
Además, el precio que tiene contratar servicios de profesionales y hacer las cosas bien es muy inferior al que tiene hacerlo mal.
Recuerda: los errores se recuerdan mucho más que los aciertos.
5.- Ejecuta
Ya tienes todo listo, solo queda pulsar el botón de Start y comenzar con la aventura del branding corporativo.
Si has cumplido en los pasos anteriores, raro será que las cosas no te vayan bien.
Es aquí cuando comienzas a generar contenido, a hacer publicidad y en general a difundir tu marca a lo largo y ancho del mundo.
El principio siempre será complicado, pero la carrera del branding es de fondo, no de 100 metros.
6.- Revisa tu imagen corporativa
Con ejecutar no acaba el proceso, hay que analizar.
¿Qué piensa el resto de tu empresa?
¿Cuáles son los valores que le asocian?
¿Qué términos le vienen a la cabeza cuando piensan en ella?
¿Acertaste con los canales de comunicación?
Debes saber constantemente qué imagen tiene tu público objetivo de tu empresa.
Eso te servirá para modificar la estrategia, hacer unas u otras acciones e incluso pivotar por completo toda la empresa.
Por mucho que hagas todo el proceso, puedes equivocarte.
Pero, tal y como decía Henry Ford, “el fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con más inteligencia”.
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